martes, 2 de julio de 2013

EXITOS Y FRACASOS

Exito y Fracaso: 


Las nociones de éxito y fracaso tienen un gran peso simbólico en el mundo contemporáneo. La vida plena de sentido parecería ser la de las personas "exitosas". Concebido como la obtención de una meta, el término "éxito" es ambiguo; a veces aparece identificado con la eficacia y, a veces, con la consagración (que otorgan los demás), y es asociado primordialmente con el poder, el dinero y la fama. André Comte-Sponville define el fracaso como la distancia entre el resultado al que uno aspira y el que uno obtiene. La valoración en términos de éxito o fracaso suele favorecer el hábito de juzgar un acto solamente por sus consecuencias. De esta manera se puede caer en la falacia del pensamiento dicotómico (que no reconoce grises), y creer que obrar bien requiere de premios adicionales. Chuang Tzu sostuvo: "Si el arquero dispara por nada, tiene el dominio de sus facultades. Si dispara por un brazalete de metal, ya se ha puesto nervioso. El premio lo tiene dividido. Se preocupa más por ganar que por el modo de apuntar la flecha. El afán por vencer le roba su fuerza". 
    



A menudo se hace referencia al alto precio del éxito. Es el caso del rey Pirro, que gana una guerra en la que mueren muchos de sus soldados y exclama: "Otra victoria así y estoy perdido".También se vincula al éxito y al fracaso con la entronización de los logros personales en desmedro de los proyectos colectivos. Demócrito afirmaba: "Del éxito o del fracaso de la ciudad dependen el éxito y el fracaso de todos". En contraste con ese ideal griego, hoy en día el miedo al fracaso personal aparece como uno de los principales temores de las sociedades individualistas. La dicotomía éxito-fracaso también presupone el eje articulador de la competencia como motor de la vida social. Iván Illich escribió: "Todos miden su éxito por el fracaso de los demás". Asimismo presupone que si se trabaja con firmeza, el éxito llegará solo. Se desestima así la influencia de otras variables (la suerte, la condición social, los contactos personales de cada uno). Sin embargo, la vida consiste en "éxitos y fracasos", y probablemente más en "fracasos" que en "éxitos". El fracaso es el gran maestro de vida, y necesariamente forma parte del éxito. Toda educación que se precie debería desarrollar nuestra capacidad de frustración. La experiencia y el conocimiento derivan más de nuestros reveses que de nuestros aciertos. En lugar de sentirnos solo víctimas, existe la posibilidad de transformar nuestras frustraciones en desafíos y en oportunidades para el futuro. "Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la derrota o las palmas", escribe Borges. La valentía no es únicamente el dominio del miedo, sino también el dominio de la adversidad y de la frustración. El éxito quizá resida en vivir la vida en nuestros propios términos, sin menospreciar la mirada de los otros pero sin atribuirle demasiado peso.Tener éxito es ser capaz de dar lo mejor de uno mismo.Y el peor fracaso es la pérdida del entusiasmo y la falta de disposición para inclinar la balanza en favor de la vida. Algo de esto dice el poeta turco Nazim Hikmet en su poema "Sobre la vida": 



Tomarás en serio a la vida 

pero en serio a tal punto 

que a los setenta años plantarás olivares, 

no para que queden para tus hijos, 

sino porque, aunque temas a la muerte, 

ya no creerás en ella, 

puesto que en tu balanza la vida habrá pesado mucho más. 


Vivir es nuestra máxima creación. El aprovechamiento de la pequeña o considerable cuota de libertad que nos haya tocado en suerte requiere valentía, humildad, cuidado de sí, prudencia, entusiasmo, serenidad, cultivo de la justicia y del amor entendido como la disposición a salir del aislamiento y a relacionarnos con el mundo en general, la aceptación de aquello que no está en nuestras manos modificar y la flexibilidad ante los cambios. 
          



Un antiguo cuento subraya la importancia de la ductilidad para la vida. Cuando un filósofo estaba a punto de morir, uno de sus discípulos fue a verlo y le dijo: -Esta será probablemente nuestra última conversación. ¿Hay algo que quieras decirme? El filósofo abrió la boca y le pidió que mirara adentro. -¿Ves mi lengua? -preguntó. -Claro -respondió el discípulo. -¿Y mis dientes? ¿Todavía están ahí, perfectos? -No -replicó el discípulo. -¿Sabes por qué la lengua sobrevive a los dientes?… Porque es flexible. Los dientes desaparecen porque son duros. Nada más tengo para enseñarte. 

La vida es lo más fortuito y, al mismo tiempo, lo más extraordinario. Es necesario vivirla ahora mismo, porque el futuro es incierto y el ayer no regresa, y, sobre todo, se trata de nuestra única vida. La civilización ha convertido la vida en algo admirable y también, mediante sus crecientes inequidades y exigencias de privación y sacrificio, en un trago doloroso y amargo. Muchos lo tienen "todo", pero aún no se han conquistado a sí mismos. Para millones de personas que padecen la miseria y la opresión social, la vida es dura y pesada. Para todos -en mayor o menor medida- a veces constituye una carga. Pero el desamor, la molestia y el infortunio pasan y, quizá con más frecuencia de lo que nos atrevamos a reconocer, salimos fortalecidos de la experiencia y nos sentamos a disfrutar de los bienes de la vida como si se tratara de un banquete. Cambia la comida, cambian los compañeros de mesa, cambia el mobiliario, cambia nuestro paladar e incluso cambia el anfitrión. Pero casi siempre es posible tentarse con un manjar, aunque sea por curiosidad.. 



El fracaso y sus consecuencias

El fracaso es lo que todas las personas huyen y les causa tanto pánico que muchas veces ni lo intentan por miedo al fracaso. ¿Para qué crear una empresa si puede fracasar? . ¿Para qué intentar conquistar esa chica si me puede rechazar? La posibilidad de fracasar siempre existe, estará ahí y mientras no la aceptes como algo natural será imposible que triunfes en tu vida.

Muchas personas incluso esconden y enmascaran el fracaso llegando a niveles obsesivos y ridículos. Puedes hacer algo y al fracasar esconder el fracaso viéndole un éxito absurdo para demostrar que no has fracasado. En una ocasión un tipo organizó un movimiento en España para influir en las votaciones, su perfil de izquierdas hacía ver que lo que quería era votos para la izquierda, pero con su movimiento se equivocó y terminó creando una oleada de abstenciones dónde la derecha salió muy beneficiada.

Todos esperaban ver su: “hemos fracasado” o “La cosa ha salido mal” pero todo lo contrario, lo primero que hizo fue cubrirse de gloria y decir que el movimiento había sido todo un éxito cuando precisamente había logrado todo lo contrario a lo que pretendía y benefició a su peor enemigo.

Esto no es fracasar con estilo, eso es ultra-fracasar, un nuevo término que se acuña cuando el fracaso y éxito no pueden ir de las mano porque la persona tiene tanto pánico a la derrota y el fracaso que aunque fracase siempre se montará sus paranoias mentales para decirse a si misma que ha tenido éxito.

Son personas que jamás pueden fracasar porque ultra-fracasan, es decir, tienen tanto miedo al fracaso que los convierten todos en éxito. Y no es lo mismo aceptar un fracaso que creer que el fracaso es lo que querías cuando no es así.

Si yo quiero ganar 100 dólares y gano 20 dólares, no puedo fingir que en realidad buscaba esos 20 y por lo tanto he tenido éxito. Tengo que ver la cosa como es, he fracasado, pero no pasa nada, he aprendido y seguiré intentando cumplir mi objetivo.


El éxito y sus consecuencias

El éxito también tiene sus consecuencias, malas y positivas. Una persona acostumbrada a tener éxito siempre, puede terminar olvidándose del fracaso y convirtiéndose en una persona recelosa que quiere conseguir lo que quiere a toda costa.

Cómo hemos dicho antes, una persona mentalmente sana tiene que comprender que todo éxito tiene sus fracasos y que el fracaso es bueno porque te enseña sobre la vida y es un aprendizaje necesario. En cuanto alguien se acostumbra demasiado al éxito puede poner en peligro su integridad en todos los sentidos.

Véase al magnate multimillonario que invierte da igual dónde, mientras gane dinero. ¿Quiere algo? Le da igual cuantas familias hunda o si un país entero se morirá de hambre por su culpa, él lo hace porque cree que ese es el verdadero éxito y el éxito jamás puede existir si no va unido a la humanidad y la humildad.

¿Acaso creías que el éxito es hacerse millonario? ¿O conseguir cosas banales y superficiales? Volverte millonario no vuelve tu vida exitosa. El fracaso y éxito van juntos. Alguien sin humanidad es imposible que entienda y acepte el fracaso como algo natural.


El éxito por si solo, sin nada más, solo lleva a una sensación de vacío constante que se intenta rellenar cada vez de una forma más absurda. Y sino pregúntaselo a los miles de ricos y artistas que han muerto o han lanzado su vida por la borda a causa de sus caprichos.

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